Espejo de brujas. Mujeres transgresoras a través de la Historia
A lo largo de la Historia se percibe una presencia constante, una mujer que inspira admiración y miedo: la bruja. La Edad Media y aun el Renacimiento estructuraron definitivamente su figura en el imaginario de los hombres. Para ellos tal identidad resultaba un misterio y, por lo tanto, una amenaza. La existencia de un personaje que reuniera lo femenino, lo poderoso y lo pérfido constituía para muchos la explicación de los múltiples males que aquejaban a la sociedad.
Fue entonces cuando nació, se inventó o se fabricó la bruja. Al final, pero también al inicio del problema de la bruja como acontecer y síntoma de la disidencia y/o la diferencia, se encuentra la acción judicial calificando la personalidad como transgresora sobre los supuestos de un esquema teórico que gira alrededor del prejuicio negativo.
Esta concepción mítica respecto al ser femenino surgió de la asociación de tres elementos: mujer, magia y sexualidad. En el presente libro se constata cómo desde la Antigüedad hasta nuestros días el trágico y hermoso mito respecto a la bruja ha consolidado su función marginal y persecutoria a partir de un caudal de discursos que siguen fluyendo pese a los siglos.